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Cartas notables

Economía y Sociedad № 97
Octubre - Diciembre 2018

Walt Whitman recibe carta de Mark Twain

Carta de Mark Twain a Walt Whitman  con ocasión del septuagésimo cumpleaños del poeta (24 de mayo de 1889)

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Usted ha vivido los setenta años más grandes de la historia del mundo y los más ricos en beneficio y progreso para todos. Estos setenta años han hecho mucho más por separar al hombre del resto de animales que lo que se hizo en los cinco siglos que le precedieron. ¡Qué grandes descubrimientos ha presenciado! La prensa de vapor, el barco de vapor, la desmotadora de algodón, el ferrocarril, el telégrafo, el teléfono, el fonógrafo, la fotografía, el fotograbado, la luz de gas, la luz eléctrica, la máquina de coser y los sorprendentes, infinitamente variados e innumerables productos de alquitrán de hulla, esas últimas y extrañas maravillas de una edad maravillosa. 

 

Y usted ha visto todavía más descubrimientos que estos; porque ha visto la aplicación de anestesia para la cirugía, por la que el antiguo dolor, que se inició con la primera vida, llegó a su fin en esta tierra para siempre; usted ha visto al esclavo ser liberado, a la monarquía destituida en Francia y reducida en Inglaterra a una maquinaria que trata de demostrar impotentemente su diligencia y atención a los negocios, pero que está desconectada. 

 

Sí, de hecho, ha visto mucho, pero habrá que esperar todavía un tiempo, porque lo más grande está por venir. Espere treinta años y mire. Va a ver maravillas sobre maravillas además de esas de cuyo descubrimiento ha sido testigo; y por encima de todo ello verá su formidable resultado -el Hombre en casi toda su estatura, por fin- que todavía seguirá creciendo, visiblemente creciendo mientras usted mira.

 

En ese día, el que tenga un trono o un privilegio dorado que no esté al alcance de su vecino, que coja sus zapatillas y se prepare para bailar porque va a haber música. ¡Viva y verá estas cosas! Treinta de nosotros que le honramos y le queremos le ofrecemos esta oportunidad. 

 

Tenemos entre todos nosotros seiscientos años que nos quedan en el banco de la vida. Tome treinta de ellos -el regalo de cumpleaños más hermoso ofrecido a un poeta en este mundo- y siéntese y espere. Espere a ver cómo esa gran figura aparece, y atrape el lejano brillo del sol sobre su bandera: entonces podrá irse satisfecho, sabiendo que ha visto a aquel para el que se hizo la tierra, y que él proclamará que el trigo humano vale más que la humana cizaña, y procederá a organizar sobre esta base los valores humanos.

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