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El entusiasta
Se echan mucho de menos ahora las personas entusiastas. No se encuentra ni una. Me encuentro verdaderamente sorprendido cuando un entusiasta se cruza en mi camino. ¡Hombre! un entusiasta, me digo. Es verdad que antes nuestra imaginación no estaba ocupada por la televisión, por la información masiva e indiscriminada, por el constante apedreo de noticias siempre lamentables y por la mareadora publicidad. Uno buscaba salir de su tedio cotidiano agarrándose a un entusiasmo, fundado casi siempre en el mundo de las ideas, de la política o del arte. Ahora, esa tendencia natural encuentra un dique, que antes no se levantaba contra ella”.
Francisco Leiva, miembro de la Real Academia Española (ABC, 9.4.95)
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