Muchas veces se confunde el proceso de información con un flujo unilateral de manifestaciones explícitas de voluntad por parte de la autoridad responsable. Nada más lejos de su verdadero sentido. Un proceso de información legítimo está constituido por un flujo múltiple de datos, análisis, opinión y decisiones que van desde y hacia la autoridad y que son la base para crear una atmósfera en que los hechos predominan sobre los rumores, en que las ideas desplazan a los prejuicios.

El flujo múltiple al que se hace referencia lleva implícito que la comunicación atraviesa diferentes campos a diferentes niveles de complejidad y profundidad. Uno de los campos, el económico, fue cubierto en forma óptima por el Informe Económico mensual editado por José Piñera Echenique en 1976 y 1977 a un nivel que llenó un vacío importante: el de un análisis formal y técnico para un público informado desde el sector privado financiero. La decisión de publicar el conjunto en un libro acentúa aun más el valor de la iniciativa puesto que permite analizar el conjunto en retrospectiva y confirmar así sus características de calidad y oportunidad.

Llama la atención en primer lugar la calidad del análisis y la inteligencia de su presentación. No es misterio que el análisis económico, aún a nivel de público informado, tiende a sufrir en nuestro país uno de dos problemas: o se trata de un conjunto de recetas sin otra fundamentación que la de ser lugares comunes no demostrados o tiende a elevarse a un nivel analítico o semántico incomprensible para el público al que va dirigido, y por lo tanto inadecuado para su propósito. El Informe Económico, no solo evita dichos vacíos sino que encuentra una integración entre análisis y estilo que es difícil de superar. Nada de lo que se dice no está basado en la información más reciente y en la técnica de análisis más moderna. Nada de lo que se dice está dicho en un lenguaje que no pueda ser comprendido por una persona culta e informada, aunque sin preparación sistemática en economía.

Llama la atención en segundo lugar, y profundamente, la oportunidad del análisis. Una mirada a los títulos de los veinte informes y a sus fechas basta para confirmar la afirmación anterior. En algunos casos, sus conclusiones respecto a la oportunidad de algunas medidas llegaron a adelantarse al anuncio público de ellas, lo que no debe producir extrañeza alguna puesto que confirma la base científica del análisis que las respaldó.

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No están demás algunas palabras respecto del sentido global de la materia en análisis en los Informes. La afirmación del Profesor Ronald I. McKinnon que “para un observador externo, el gobierno chileno ha hecho en el período 1974-1977 más racionalizaciones que las que han ocurrido en ninguna otra economía en la historia moderna”, basta para ubicar su importancia. En cuanto al contenido de la política hay dos elementos -fuera de las correcciones que deben necesariamente introducirse en una economía al borde del caos, cualquiera que sea el sistema ideológico que la sustente- que merecen una mención explícita, puesto que correspondieron a la concepción básica del programa económico.

La primera es la decisión de configurar una economía abierta al exterior. Sería repetitivo aquí enumerar las medidas específicas que racionalmente conducen a dicho fin. Lo que no es repetitivo es la afirmación que dichas medidas fueron adoptadas en un contexto de crisis interna e internacional en que una reacción pusilánime hubiera empujado a adoptar en muchos casos las medidas contrarias, conduciendo con el tiempo a una acentuación tal vez sin retorno de la situación crítica.

La segunda es la decisión de crear las condiciones de funcionamiento de una economía mixta en que el mercado y el sector privado tienen un papel muy importante que jugar. Nuevamente, sería repetitivo aquí enumerar las medidas específicas, pero también nuevamente, no es repetitivo afirmar que dichas medidas crean las condiciones de un sistema en que el Estado no es capaz de ejercer coerción sobre los ciudadanos por la vía de interferir en sus vidas y en sus actividades en áreas en que su acción libre no solo es más eficiente sino que protectora de la libertad en su sentido más amplio. Más aun, el país no solo gana mayor eficiencia en lo económico y mayor libertad en lo político, sino que, al concentrar al Estado en tareas que le son propias gana una mayor posibilidad de justicia en lo social y de seguridad en su relación externa.

Los conceptos anteriores, base y fundamento de la política económica, responden a las circunstancias históricas, políticas y sociales del país. Al constituir ellos la trama básica sobre lo que está construido el Informe Económico, confirman sus características de calidad y de oportunidad y lo constituyen en un trabajo de la mayor importancia para el análisis del periodo 1976-1977.