iGens y smartphones
Por Jean Twenge, profesora de sicología, San Diego State University
Entre 2010 y 2015, el número de adolescentes norteamericanos que se sentían inútiles e infelices -síntomas clásicos de depresión- aumentó en 33%. Los intentos de suicidio se incrementaron en 23% y quienes cometieron suicidio, en 31%.
En un estudio publicado en el Clinical Psychological Science, mis colegas y yo descubrimos que los aumentos en la depresión, en los intentos de suicidio y en los suicidios propiamente tales, ocurrieron en todos los segmentos de adolescentes, de todos los orígenes étnicos, de todos los niveles de ingreso y de todas las regiones del país.
Nuestro estudio concluyó que la generación que yo denomino “iGen” -los nacidos después de 1995- es más propensa a sufrir problemas mentales que la generación de Millennials que la precede. Concluimos que todo apunta a un posible culpable: el súbito surgimiento del celular inteligente.
Según el Pew Research Center, en 2012, más del 50% de los adolescentes tenía un celular inteligente, coincidente con el momento en que la depresión y el suicidio adolescente comenzó a crecer. En 2015, el 73% de los adolescentes ya tenía acceso a celulares inteligentes.
Así como la depresión adolescente aumenta con el uso de celulares inteligentes, también influye el tiempo utilizado frente a internet. Los adolescentes que gastan más de 5 horas al día navegando en internet, tienen un 71% de mayor probabilidad de sufrir algún factor de riesgo de suicidio (depresión, pensar acerca del suicidio, preparar un plan de suicidio o intentar el suicidio), que los adolescentes que solo ocupan 1 hora o menos.
Es teóricamente posible que en lugar que el tiempo gastado en internet produzca depresión, sea la depresión la que induzca a permanecer más tiempo en internet. Pero los estudios descartan esta alternativa.
Durante mis investigaciones para el libro que estoy escribiendo sobre los iGen, constaté que los adolescentes invierten muy poco tiempo en interactuar con amigos en persona. Relacionarse con otras personas cara a cara es una de las fuentes más profundas de alegría humana; sin ella, nuestro carácter cambia y la depresión puede tomar el control.
Otro de los factores de riesgo relevantes en el suicidio es sentirse socialmente aislado. Descubrimos que los adolescentes que gastan significativamente más tiempo online y menos tiempo con amigos en persona, eran los más propensos a generar síntomas depresivos.
También comprobamos que los adolescentes que gastan más tiempo online, duermen menos. La falta de sueño suficiente es un factor clave para generar depresión. Si los teléfonos inteligentes limitan el buen dormir, esto por sí solo podría explicar por qué la depresión y el suicidio aumentaron tan súbitamente.
Dado que las investigaciones sobre estos temas no son definitivas, algunos argumentan que es muy pronto para recomendar menos tiempo online. Sin embargo, los costos de limitar el tiempo online parecen bajos, mientras que los costos de no hacer nada, pueden ser muy altos.