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Dossier Musk

Economía y Sociedad № 95
Abril - Junio 2018

El impacto de SpaceX

Por Andrew Foerch (Trajectory Magazine, 9.2.18)

El 6 de febrero pasado, la empresa SpaceX lanzó exitosamente al espacio su cohete Falcon Heavy llevando como carga un auto convertible rojo. El histórico lanzamiento consolidó al Falcon Heavy como el cohete operacional más poderoso del mundo y a SpaceX, fundada y liderada por el empresario Elon Musk, como la empresa más eficiente para trasladar carga pesada al espacio.

Un grupo de 27 poderosos motores Merlin generaron 2.300 toneladas de fuerza propulsora a la primera fase del cohete, el doble de la fuerza de su más cercano competidor, permitiéndole transportar carga al espacio de 65 toneladas. La primera carga de este cohete no fue un satélite de última generación, sino el auto personal de Elon Musk, un Tesla Roadster, eléctrico, fabricado en los talleres de Tesla, empresa también de propiedad de Musk. Fue una forma original y entretenida de mostrar las habilidades del Falcon Heavy y dejar una impronta humana en el Universo.

Una vez usados los cohetes de la primera fase, la sección superior del cohete orbitó el Tesla durante seis horas sin motor como demostración experimental de prueba para la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. Finalmente, esta sección del cohete encendió los últimos motores para lanzar el Tesla a su órbita final en torno a Marte.

Este lanzamiento es también de crucial importancia porque demostró la capacidad del Falcon Heavy para reciclar sus componentes. Tres minutos después del lanzamiento, dos de los tres grupos de motores propulsores se desprendieron y regresaron a la tierra aterrizando en forma suave y simultánea, en una plataforma de concreto a pocos kilómetros de Cabo Cañaveral desde donde habían despegado.

A través de reciclar estos componentes, SpaceX apunta a acelerar la frecuencia de lanzamientos y a reducir sustancialmente los costos de colocar carga en órbita espacial en torno a la tierra. El precio por utilizar el Falcon Heavy es de $90 millones de dólares, una fracción de los $422 millones que costaría hacerlo en United Launch Alliance, joint venture entre Boeing y Lockheed Martin.

El primer lanzamiento al espacio del Falcon Heavy era la misión más esperada de los últimos diez años y que sufrió años de retraso durante su desarrollo. En 2011, SpaceX anunció los planes para esta misión en una conferencia ante el National Press Club y estimó que el lanzamiento sería entre 2013 y 2014. Cambios en los diseños de ingeniería, así como fallas en el hardware de la plataforma de lanzamiento y en los componentes de propulsión reciclables, forzaron a la compañía a atrasar el lanzamiento.

Ahora que el Falcon Heavy ha confirmado sus capacidad para transportar carga y ponerla en órbita espacial, los clientes pueden sentirse confiados en arrendar traslado de carga al espacio. The Verge informó que espacios de carga del Falcon Heavy ya han sido reservados para vuelos en 2018 por compañías satelitales como Inmarsat, Viasat y Arabsat.

Y, a mediados de 2018, SpaceX ejecutará otro lanzamiento del Falcon Heavy, esta vez con carga de  prueba para la Fuerza Aérea norteamericana. De esta manera, SpaceX espera obtener la autorización final para que el Falcon Heavy realice también misiones de seguridad nacional.

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