Economía y Sociedad
26 de Noviembre 2006
Democracia en Chile
Por José Piñera (La Tercera, 26 de Noviembre, 2006)
Milton Friedman termina su carta del 21.4.75 al Presidente Pinochet afirmando que "si Chile toma hoy la senda correcta, creo que puede lograr un milagro económico: despegar hacia un crecimiento sostenido que proveerá una ampliamente compartida prosperidad".
Ya nadie en el mundo desconoce que ese primer "milagro"- el crecimiento acelerado- ocurrió una vez que los economistas liberales chilenos ganaron el dificilísimo combate contra la hiperinflación heredada y realizaron, contra viento y marea, trascendentales reformas estructurales.
Años después el Premio Nobel escribió que el "milagro chileno" no era tanto que el modelo de libertad económica hubiera provocado una explosión de prosperidad para todos, pues esa es una correlación probada por la teoría y la experiencia mundial. Mas bien, le parecía que el "milagro" había sido que los economistas liberales hubieran convencido a decenas de generales y almirantes, entonces habituados a la planificación central de sus actividades y al estatismo en sus vidas diarias, a que aceptaran una estrategia de desarrollo basada en la libertad personal, la empresa privada, el rol subsidiario del estado y la apertura al mundo.
Pues bien, hay un "tercer milagro chileno": cómo los economistas liberales contribuyeron de manera decisiva a un original proceso de "democratización desde adentro" y construir una "democracia al servicio de la libertad".
Cuatro hitos
Fueron dos proezas simultaneas: convencer a un exitoso gobierno de naturaleza excepcional a entregar pacífica y constitucionalmente el poder político, algo único en la Historia, y además construir, en la medida de lo posible y precisamente para proteger la libertad, una democracia con poderes limitados, en la línea del equilibrio de poderes que consagró en su texto el padre de la Constitución de Estados Unidos, James Madison, y que explicó brillantemente en "El Federalista". Los cuatro hitos de esta epopeya fueron:
1. EL MODELO ECONOMICO. La fuerza objetiva más potente detrás de la dinámica del retorno a la democracia fue el modelo económico de libre mercado y apertura al exterior que amplió los espacios de libertad individual, descentralizó el poder económico y social como no lo había hecho antes ningún gobierno, y finalmente creó una clase media propietaria que fue una aliada crucial en la transición hacia un estado de derecho y elecciones políticas.
2. LA DEMOCRACIA LABORAL EN 1979. El primer paso efectivo hacia la democracia se dio en 1979 con las elecciones sindicales que permitió el Plan Laboral. En efecto, la ley de organizaciones sindicales de junio de ese año estableció en Chile el sindicalismo libre y restauró la plena democracia laboral. En esos días William Thayer, ex Ministro del Presidente Eduardo Frei Montalva, llamó a la elección libre de miles de dirigentes sindicales "un ensayo general para el retorno a la democracia". Un año después el mismo Thayer afirmó en una entrevista: "El Plan Laboral ha creado una total democracia sindical en un país que está todavía en una situación de emergencia. Es notable que haya sido en el área laboral donde la democracia haya sido primero restablecida." (Revista Qué Pasa, 24.7.80).
3. LA CONSTITUCIÓN DE 1980. Los economistas liberales fueron miembros claves del equipo civil que logró la aprobación de la Constitución de 1980. Ella no sólo introdujo innovaciones que explican la estabilidad actual (segunda vuelta presidencial, recurso de protección, iniciativa excluyente del Ejecutivo en materias de gastos e ingresos, protección efectiva del derecho de propiedad, libertad de trabajo sin restricciones gremiales, etc.), sino que contenía en sus disposiciones transitorias un cronograma detallado de retorno a la democracia, el cual se cumplió estrictamente. Las incoherencias puntuales de ese texto con la concepción liberal (como senadores designados y comandantes en jefe votando con sus superiores civiles en un consejo de seguridad nacional) fueron, como era esperable y deseable, modificadas consensualmente en el camino.
4. LAS INSTITUCIONES DE LA LIBERTAD. Fareed Zakaria en su aclamado libro "El Futuro de la Libertad", una versión moderna de "Democracia en América", el clásico de Alexis de Tocqueville, argumentó a favor de crear las llamadas "instituciones de la libertad" antes de llamar a elecciones libres. Sin ellas solo se tiene una "democracia iliberal", como aquellas que han jalonado la historia de América Latina y del Tercer Mundo. Pues bien, durante el período de transición (1981-1990), los economistas liberales lograron, entre otros avances de esta naturaleza, la libre creación de universidades privadas, la puesta en marcha del Banco Central autónomo (que ya había sido incorporado a la Carta Fundamental), la apertura a la televisión privada, y la Ley Constitucional Minera.
Todo lo anterior no fue un mero "plan de acción", sino que algo que se hizo y que se hizo en las más difíciles circunstancias internas y externas imaginables.