Cinco años de 3xi
Por Alfonso Gómez, consejero Centro de Innovación de la Universidad Católica
La Corporación 3xi cumplió recientemente sus primeros cinco años de vida y lo celebró en grande. Junto a “Tenemos que Hablar de Chile”, la Fundación Avina y la Fundación para la Superación de la Pobreza, convocó al encuentro “Chile 2030: pensar en futuros, convivir el presente” al que asistieron más de 300 líderes de los más diversos orígenes, ámbitos y ocupaciones. Si bien 3xi no es aún una marca reconocida masivamente, el impacto de sus 49 encuentros, a los que han asistido más de 5.300 personas, le ha permitido ir ganando reconocimiento y estima en nuestra convulsionada sociedad.
3xi toma su nombre de las tres acciones básicas a las que convoca: “InspirarNos, IncluirNos, InnovarNos”, integradas en torno al propósito central de promover una cultura del encuentro, mediante algo tan simple y complejo a la vez como es el acto de conversar. Los encuentros 3xi buscan provocar conversaciones sinceras y constructivas entre “pares improbables”, esto es, entre mujeres y hombres de las más diversas historias personales, formaciones, quehaceres y geografías, que difícilmente habrían tenido la posibilidad de encontrarse, conocerse e interactuar.
A través de metodologías que se han ido refinando en el tiempo, 3xi busca inducir espacios de conversación que incentivan el escuchar al otro con apertura, buscando la posibilidad de valorar experiencias, dolores y esperanzas que permitan ir enmendando, aunque sea parcialmente, el alto nivel de desconfianza que existe ya por siglos en nuestro medio. La idea es que desde el diálogo es posible comprender que somos tan diferentes y tan iguales a la vez; que somos mutuamente interdependientes, haciendo más cercana y deseable la posibilidad de una sociedad más armoniosa y colaborativa.
Parte importante del éxito de los encuentros 3xi, se debe a la relevancia y la diversidad de las organizaciones que la conforman: la CPC, la Asech, la Comunidad de Organizaciones Solidarias, el Sistema B Chile y el Centro de Innovación de la Universidad Católica. Desde bastante antes del estallido, el equipo fundador, bajo el liderazgo generoso de Sergio Cardone, busca mejorar la posibilidad de reimaginar un ideal de desarrollo donde crecimiento económico, paz social y armonía con los ecosistemas naturales sean una responsabilidad de todos. Una tarea ambiciosa que apunta a que, en nuestro territorio, ningún ser de buena voluntad quede marginado por falta de oportunidad.
Pero ¿qué rol le cabe a la innovación en una cruzada que apunta a tender puentes y a reparar conflictos y desconfianzas del pasado? La respuesta hay que buscarla en la necesidad de pasar de la reflexión a la acción. Innovar es todo intento por diseñar o poner al día la propuesta de valor de un sistema productivo. El valor no es algo que se aloja y pertenece a los objetos o los servicios con los que nos relacionamos; el valor habita y es determinado por las personas. Innovar es movilizar nuestro ser creativo buscando afectar de manera positiva otras vidas, lo cual requiere concebir y coordinar actos colaborativos con otros y para otros. Innovar se hace con toma de riesgos, con apertura a caminos y asociaciones que no necesariamente habían sido imaginados y realizados anteriormente.
Tanto la política pública como la estrategia empresarial admiten ser repensadas en la nueva era que se asoma en el horizonte. La creación de valor es un acto que puede y debe ser abordado de cara a las exigencias del incierto futuro que tenemos por delante.
En su origen más profundo, la convocatoria es a “InnovarNos”, esto es, apela en primer lugar al acto introspectivo de mirarnos al espejo y hacernos la pregunta, ¿quién necesito ser yo en esta nueva era, una que la pandemia simplemente catapultó y aceleró? Renovarnos a nosotros mismos debe ser en último término un canto al futuro y un acto de amor.